Durante las próximas dos décadas,
las proyecciones oficiales indican que el nivel de embarazos de adolescentes en
México continuará prácticamente en el mismo rango, lo que en opinión de
especialistas en la materia es una alerta acerca de las fallas y omisiones en
materia de educación y acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva.
Actualmente, el nivel es de 66 hijos por cada mil adolescentes y para los
próximos años el indicador será de 64.
En cuanto a la fecundidad
adolescente (grupo de mujeres que están entre 15 y 19 años), la información de
las proyecciones de población no prevé cambios significativos, observándose un
leve descenso de 66 nacidos vivos por cada mil adolescentes (en el año 2013) a
64 nacidos vivos para 2030, explicó Jesús Zimbrón, director general Adjunto de
la secretaría general del Consejo Nacional de Población (Conapo).
El funcionario puntualizó los
pendientes de México ante la problemática de embarazos de adolescentes: normar
el derecho a la salud sexual y reproductiva, sin distinción ni discriminación;
asegurar el suministro de materiales en esta materia; considerar la difusión y
el uso de los métodos anticonceptivos como estratégicos; garantizar que los
programas de planificación familiar, anticoncepción y salud reproductiva para
adolescentes sean obligatorios, eficientes y no discrecionales; dar en la
educación este enfoque, y generar indicadores para medir el desarrollo del
fenómeno.
La permanencia en los niveles de
fecundidad en este grupo, indicó, ocasionará que las adolescentes contribuyan
con alrededor de 16 por ciento de los nacimientos que se registren en el país.
Actualmente, el Distrito Federal
es la entidad con la mejor fecundidad adolescente, con 49.2 nacimientos por
cada mil adolescentes, mientras Coahuila posee el rango más alto en esta
materia: 86.3 nacimientos por cada mil mujeres adolescentes. Le sigue Chiapas
(84.9) y Sonora, con 83. Lo anterior es un promedio, ya que el nivel de
embarazos y/o muertes maternas varía de acuerdo al grado de marginación.
En Oaxaca, Guerrero y Chiapas, la
ocurrencia de embarazos y de muertes maternas es mayor, mientras el rango más
bajo en estos renglones lo tienen Baja California, Coahuila, Distrito Federal y
Nuevo León.