jueves, 29 de septiembre de 2016

PARLAMENTO VERACRUZANO INÉDITO Y DE ESPERANZA


Uriel Flores Aguayo 
@UrielFA


Las elecciones del pasado cinco de junio produjeron alternancia en el puesto del Ejecutivo (Gobernador) y una composición plural del Congreso (Legislatura); el próximo poder Legislativo tendrá una correlación inédita, donde el PRI pasa a ser minoría aun con sus aliados; si se ponen de acuerdo las fracciones de MORENA, el PAN y el PRD pueden darnos a los veracruzanos un Congreso autónomo y eficaz, mostrando la labor digna y libre de los diputados, rescatando su papel de verdaderos representantes populares. Refundar al poder legislativo es vital para que contemos con una división de poderes, desconocida en Veracruz, y un autentico Estado de Derecho. La falta de autonomía del Congreso ha producido daños inmensos a las finanzas de Veracruz, degradando sus instituciones y volteando la espalda a la ciudadanía en su clamor de justicia. Los retos de los nuevos diputados son mayúsculos, tienen que ver con el restablecimiento de la legalidad, la aplicación de la justicia y la recuperación de fondos públicos, entre otras tareas de gran alcance. En esta ocasión podremos contar con un parlamento del que aprendamos, que estimemos y del que nos sintamos orgullosos. 
Cuando hablamos de un discurso nos estamos refiriendo a un mensaje público que puede ser oral o escrito pero tiene un significado más amplio como un sistema de ideas referido a ámbitos diversos pero con vinculación esencial en la actividad política. El Parlamento es la Cámara o la Asamblea legislativa en sentido genérico, adoptando distintas denominaciones de acuerdo al país de referencia; la palabra parlamento proviene de "parlament", expresión Francesa que significa "parler"-hablar, por eso parlament es una charla o un discurso. Siendo el poder legislativo una Asamblea su rostro y sustancia es el discurso, la deliberación y el debate; el reto es hacerlo bien, con sustancia, con nivel democrático y resultados palpables para los ciudadanos. Al ser inédita la composición de la próxima legislatura se exigirá más a los diputados, teniendo que aprender rápido y adoptar un discurso novedoso. Todos deben participar en los posicionamientos para justificar su pertenencia a ese poder pero hacerlo con altura, con ideas y argumentos, inaugurando formas que si sean frescas, que relancen la figura del Diputado, hoy tan irrelevante y desprestigiado. 
El nuevo discurso parlamentario tendrá que ver con una composición plural y una relación de respeto y equilibrio con los otros dos poderes, sobre todo con el Ejecutivo de la alternancia que llega plenamente legítimo y con espíritu democrático. En ese sentido los diputados de la LXIIII Legislatura serán una revelación para bien o para mal, sin poder perder el tiempo en la paja y la ocurrencia; serán muy exigidos por una sociedad critica e informada, debiendo tomar en cuenta que su periodo se reduce a dos años. Serán bien valorados y superaran la prueba si se preparan, cumplen con su papel y muestran calidad política, cultural y parlamentaria. Antes, todavía se puede ver en la Legislatura que termina, los diputados podían decir cualquier cosa o no hablar porque no los tomaban en cuenta, se burlaban de la disidencia o, de plano, la mayoría se comportaban como empleados del Ejecutivo; eso cambia, ahora habrá que subir el nivel, fijar posturas claras, desempeñarse a fondo, ser un verdadero parlamentario y representante popular; la mayoría de Diputados que han desfilado por el Congreso veracruzano han pasado sin pena ni gloria, en el anonimato y representándose así mismos. 
El PAN y el PRD cuentan con 22 legisladores, si mantienen su alianza, como seguramente ocurrirá, se constituyen en la fuerza principal que no alcanza la mayoría simple por si sola pero con condiciones para hacerlo en un acuerdo amplio o parcial con otros diputados; estas fracciones tienen el mandato de la plataforma electoral planteada por la coalición que resulto mayoritaria en la elección respectiva, lo cual los compromete con un proyecto de "rescate" de Veracruz. MORENA alcanza 13 legisladores, es decir, cuenta con una fuerza significativa que la compromete a impulsar medidas democratizadoras, a integrar comisiones internas y participar de nombramientos claves del Congreso; sería un error grave si adopta una postura testimonial o de bloqueo al Gobierno de la alternancia, está obligada a responder a sus votantes y a los veracruzanos con resultados concretos. La coalición y MORENA tienen la posibilidad de hacer la mayoría calificada, lo cual replantearía de fondo el papel del Congreso y haría más sencillo y eficaz los cambios democráticos y justicieros que demandan los veracruzanos; la disyuntiva es clara: los intereses de Veracruz o los afanes exclusivamente partidistas. El PRI y sus aliados pueden llegar a contar con 15 legisladores, en una situación inédita; deberán acostumbrarse a ser minoría con todo lo que eso significa, tendrán que replantearse su papel; pueden mantenerse unidos o dispersarse, eso estará por verse; si actúan con responsabilidad no van a intentar bloquear nada, ganándose el reconocimiento social; es una prueba muy dura para ellos quedarse sin el gobierno y ser la parte más pequeña del Congreso, ya se verá si la superan o se van a la marginalidad, es cuestión de voluntad e inteligencia. 
El debate parlamentario con los discursos más variados y fuertes debe ser de altura, propositivo y de acuerdo a la coyuntura de Veracruz; todas las fuerzas legislativas deben honrar el mandato ciudadano y la representación popular; por álgidos que sean los debates, normal y conveniente, al final se deben privilegiar los acuerdos, con el consenso suficiente para que funcione un poder legislativo útil, eficaz y central en la vida pública de Veracruz. Los grupos mayoritarios tienen la más alta responsabilidad de conducirse con respeto, tolerancia y ser destacadamente propositivos; si lo logran estarán contribuyendo con sentido histórico a la transformación de VERACRUZ. Por lo que haga o deje de hacer esta legislatura dejara huella en la vida parlamentaria de nuestro Estado. Prefiero que haga mucho, que brille por sus discursos, por la defensa de nuestros intereses colectivos, que se gane nuestro reconocimiento y sea motivo de orgullo de una nueva política, de cambios profundo con sentido democrático. 
Recadito: 12 y 22 de octubre celebramos el 27 aniversario del MOPI-VER.

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viernes, 23 de septiembre de 2016

VA LA ALTERNANCIA POR EL BIEN DE XALAPA

xalapa.gob.mx/

Uriel Flores Aguayo
@UrielFA


La realidad de nuestro municipio impone la necesaria alternancia en su Gobierno, en el Ayuntamiento; es cuestión de hechos y deseos, pero más, mucho más, de las realidades que estamos viviendo; hay un agotamiento y tendencia a la descomposición del modelo actual de Gobierno, con líneas de apoyo a los privilegiados, a las elites, apego a prácticas clientelares y una mera administración de los recursos, sin que se asome una visión de desarrollo democrático; con un par de fallidas excepciones siempre ha gobernado el PRI en Xalapa, sin incorporar mejores prácticas de Gobierno y sin asumir un pleno compromiso democrático; eso debe cambiarse. Otro factor a tomar en cuenta es la alternancia ocurrida a nivel Estatal, por lo que también se impone su homologación municipal. Para aprovechar el impulso  transformador  y coordinar ciertas políticas públicas sería importante y oportuno que se emparejaran las alternancias en ambos niveles como una experiencia de cambio conjunto, con una línea común y el impulso a metas de mayor nivel cualitativo.

La alternancia supone que el PRI  entregue el poder político de nuestro municipio, lo cual no será difícil dado el desplome espectacular del partido tricolor en Xalapa; no se ve como pueda mantener su mayoría en el Cabildo, ya sin peso en el ánimo ciudadano en virtud del desastroso papel jugado a nivel Estatal, con un Gobierno de mala imagen y repudiado por propios y extraños por sus resultados al menos en los últimos doce años; prácticamente no tiene candidatos competitivos, saldrá con alguien pero solo para llenar el requisito. Es altamente probable que se desfonde sin el respaldo popular y por la fuga que sufra de muchos de sus grupos, de los  que siempre han querido regidurías y ahora tienen la oportunidad de alcanzarlas si se van como planilla independiente. En ese escenario el PRI la tiene sumamente difícil y es firme candidato a la derrota en estas próximas elecciones. 

En ese sentido las posibilidades son mucho mayores en MORENA y la coalición PAN-PRD siempre  y cuando cuiden las formas democráticas a la hora de definir sus candidaturas. En MORENA  ocurre un fenómeno ya observado en la trayectoria del PRD, la de una incipiente descomposición, solo que al partido del sol azteca le ocurrió a una década  aproximadamente, mientras que, a MORENA, apenas le lleva un par de años cuando mucho; me refiero a la división, es decir, la pluralidad no reconocida y correctamente procesada, a la transgresión de la legalidad electoral, con sus candidatos adelantados o provenientes del PRI y, lo peor y más nocivo, la carencia de autocritica y una sobrada actitud de soberbia, pensando que ya tienen en la bolsa los triunfos, sin unir, planear, luchar y convencer; con esa actitud se pueden llevar una desagradable sorpresa y golpearse la frente. Si no analizan correctamente la coyuntura municipal, si creen que la gente vota igual siempre y por quien sea, pueden llevarse una terrible decepción.

La otra fuerza viable para lograr la alternancia y ganar la mayoría en el cabildo es la coalición PAN-PRD, sin embargo pueden cometer errores básicos que le hagan más difícil o imposible lograrlo; si creen que es fácil, se equivocan; si no se abren, pierden; si les gana el triunfalismo, pierden; si no procesan correctamente, si no hacen consensos, si no respetan, pierden. Se requiere la serenidad y apertura necesarias para convocar, escuchar a los diversos y hacer transparente su proceso interno, por estrategia electoral pero también por compromiso democrático. Sería normal y muy positivo que la coalición avanzara con gobiernos municipales, especialmente los municipios grandes, en ellos Xalapa. Todos los partidos tienen el mismo deber de la trasparencia y la apertura, no son dueños de los cargos públicos, ya es hora de que eleven su mira y asuman un compromiso mayor con la ciudadanía y la democracia.

En forma muy marginal, excepto en MORENA que se presenta como algo nuevo y actúa a la antigüita, ya se empiezan a ver movimientos de ciertos aspirantes a la presidencia de Xalapa, todavía en forma muy tímida y eufemística; aparecen algunos nombres que parece que quieren ser candidatos, sin quedar claro si van por partidos o de manera independiente; lo que no se ve por ningún lado son las ideas, las propuestas y los proyectos para nuestro municipio, siendo esa parte, vital, la principal carencia del proceso que llevara a la renovación del Ayuntamiento Xalapeño. Ese vacío se tiene que llenar, con ellos o con quien sea, pero hacerlo en bien de las necesidades de Xalapa, no puede ser que cualquiera se anote y no tenga ni el diagnostico ni los planteamientos de fondo para nuestro municipio; hace mucha falta que se hable de nuestras carencias, de las debilidades que nos abrazan y también de nuestras fortalezas y de nuestros valores. Para tal fin se requieren pronunciamientos claros y oportunos, foros y debates.

A mi parecer la carencia más importante, que incide en todos los problemas del municipio, es la inmovilidad del Cabildo, porque no lo dejan o porque no quiere; es urgente que asuman su papel como representantes de la ciudadanía, entendiendo que están ahí para opinar, proponer y ejercer; siendo un cabildo plural, es verdaderamente urgente que alcen la voz, que defiendan causas del municipio en el presupuesto, en las agresiones que sufrimos de hordas primitivas, en la seguridad, en los programas sociales y en la participación ciudadana. El cabildo puede ser un autentico Gobierno si se lo propone, sin tener que reproducir el presidencialismo anacrónico que se ha manejado tradicionalmente. Es mucho lo que se puede hacer si los ediles se ponen a trabajar, si dejan de ser simples compañías del presidente, si alzan la voz en lugar de la mano, si dejan de cuidar sus propios intereses y abrazan causas de la ciudadanía.



Recadito: Con un cabildo democrático habría freno a las hordas primitivas que atacan a Xalapa.
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viernes, 16 de septiembre de 2016

LA ALTERNANCIA EN TIEMPOS DE CRISIS


Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Con enormes esfuerzos se logró la alternancia en Veracruz, en un proceso complejo que pudo haber frustrado el anhelo de millones de Veracruzanos; parecía más fácil de lo que resultó finalmente, ante una estrategia endiabladamente eficaz y perversa del grupo en el poder, llevando a la total incertidumbre, o jugando con todas las posibilidades, el resultado electoral. Visto en retrospectiva fue una hazaña el logro de la alternancia, con obstáculos de todo tipo, desde la concreción o no de la alianza de centro democrático que hicieron el PAN y el PRD, el desgaste desproporcionado de la guerra sucia, el alquiler de candidatos y la falta de un compromiso democrático del resto de la oposición que, contra sus aparentes propósitos,  parecían más cómodos con la reafirmación tricolor, al no dirigir sus críticas al partido en el poder y no deslindarse de la inclemente guerra sucia que se dirigía en forma brutal contra el único candidato que podía superar al PRI.
La alternancia se da por exigencia de la realidad, cuando el partido dominante de siempre pasa por un muy mal momento, tanto que, aveces, pareciera desplomarse. Pero también llega en medio de una crisis profunda, de todo tipo, sobre todo social y económica; con un panorama francamente negro para nuestra entidad. Es impresionante la irresponsabilidad y el dolo de quienes han (mal) gobernado a nuestro entrañable estado, haciendo una serie de daños que parecieran irreparables. Todo va a ser más difícil, se pondrá a prueba la voluntad y la capacidad del nuevo gobierno, así como la actitud participativa y solidaria de la ciudadanía. Pero la vida sigue, con estas circunstancias hay que trabajar y hacerlo en forma positiva y eficaz.
Las minas sembradas por los que se van, los obstáculos a la vista y los intentos de boicots son un muy difícil examen para el gobierno de la alternancia que, por lo tanto, deberá ser muy consecuente con sus ofertas de campaña, cumpliendo escrupulosamente con su apertura y su austeridad. No hay tiempo para improvisar porque no habrá demasiado bono de tiempo salvo que, en los muy primeros meses, se logre llevar a los tribunales a algunos de los principales causantes del quebranto financiero; así si, con actos justicieros, pudiera  lograrse una mayor paciencia de la gente.Se deberá lograr un ambiente político apropiado para el buen desempeño del nuevo gobierno, lo cual implica el compromiso democrático de todas las fuerzas políticas, un papel real del poder legislativo y la congruente labor del gobierno de la alternancia.
No debe verse la alternancia como un cambio de colores y personas, sino como la oportunidad histórica de inaugurar otro tipo de política y de servicio público; la alternancia es el mecanismo indispensable para restablecer el Estado de Derecho y la democracia; por esa ruta tendremos elecciones libres, respeto a los derechos humanos,  políticas sociales incluyentes, libertad de prensa, división de poderes y una vida pública mil veces más sana y útil que la actual. Ir por menos es más fácil pero sería un fraude para quienes han depositado sus esperanzas en el Lic. Yunes Linares y la coalición "para el rescate de Veracruz". La verdad, los partidos ahora mayoritarios también estarán a prueba, pueden aprovechar su triunfo electoral para democratizarse y elevar su mira o, como suele ocurrir en ámbitos mediocres, marearse en un ladrillo y dilapidar la confianza ciudadana recién obtenida.
De inicio se tiene la elección municipal, ya en puerta; en forma muy rápida se verán los comportamientos de todos los partidos, teniendo que tomar desiciones rápidas, para aliarse y perfilar candidaturas. El que la tiene más difícil es el PRI, pues  se encuentra secuestrado por el grupo en el poder, teniendo que esperar para su relanzamiento hasta diciembre cuando concluya esta desastrosa administración; en tanto, se encuentra sin rumbo y básicamente inactivo, propiciando una ya perceptible desbandada;  puede ocurrir un verdadero desfonde del otrora poderoso partido tricolor; es altamente probable que muchos de sus dirigentes medios emigren a otras filas partidistas o que se declaren  independientes. El caso de Morena puede ser dramático también, a pesar de su muy buen resultado reciente, explicado por factores ausentes en general en la próxima elección municipal; sin autocrítica, sin visión y con exceso de soberbia son fácilmente vulnerables; su apuesta sigue siendo básicamente providencial, lo cual es no sólo erróneo sino más que insuficiente para conquistar voluntades para cambios municipales que son puntuales; curiosamente muestran muy prematuramente signos de descomposición antidemocrática. De los que más cuentan, quedaría alguna consideración para el PAN y el PRD, que todo indica ratificaran la alianza que les dio mayoría en la elección de Gobernador; pueden cometer el grave error de la soberbia y las actitudes excluyentes, creyendo que todo es fácil; sería un fracaso anticipado si no  se abren, si no respetan y son transparentes.
La próxima elección municipal dará base territorial a las fuerzas que se perfilan para la disputa real de la presidencia de la República.

Recadito: Ante las agresiones de  antorchos  y cuatrocientos cueros urge en grado ultra la alternancia en Xalapa.


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jueves, 8 de septiembre de 2016

LA BANALIDAD DEL MAL EN GRADO ESTÚPIDO




Uriel Flores Aguayo
@UrielFA

Con motivo de los juicios a los genocidas Nazis se escribió  sobre las características de tan singularmente siniestros personajes; cuando los veían en el Tribunal no dejaban de sorprenderse por su aspecto tan común y corriente, dando respuestas simples a preguntas complejas sobre acciones que no parecían humanas, como incinerar a millones de seres humanos. En diferentes proporciones, tiempos y lugares se han puesto en práctica métodos muy similares, como en la Camboya de Pol Pot  o en el Chile de Pinochet; en México, vivimos unan crisis humanitaria a manos de bandas de narcotraficantes, que incineran a la gente, les cortan las cabezas, los entierran en fosas dispersas o los arrojan a las calles, con la pavorosa omisión o complicidad de las autoridades. Los autores de estos hechos son personas que provienen de la sociedad tal cual, que están en el momento en que este fenómeno se expande; no son seres extraterrestres, a ellos les toca hacer lo que nos lastima pero que no podemos detener por la inutilidad de las instituciones en general; son parte de una inercia, de la maquinaria que camina sin obstáculos y que no se detiene por arengas morales o proclamas de paz. La historia nos enseña que es mucho mejor enfrentar a tiempo estos fenómenos altamente destructivos.

Ahora que vino Donald Trump, a nuestro país, acto muy cuestionado de manera generalizada, las críticas de analistas normalmente moderados subieron de tono, se fueron a definiciones fuertes, tildando de estupidez a la iniciativa de Peña Nieto; hacen una diferenciación con la maldad, exponiendo que la estupidez es más nefasta. Para ellos el malvado persigue hacer un daño pero, a cambio, obtiene un beneficio, mientras que el estúpido afecta al otro y también así mismo, es decir, no gana nada. Es terrible tener como opciones a la maldad y a la estupidez; la banalidad del mal se esfuma cuando pasa a los terrenos de la estupidez. El poder político local navega infestado de ambos rasgos, los transfiere a la sociedad, la contamina y corrompe. Siendo personas normales las que han decidido sobre nosotros, a las que les ha tocado su circunstancia, hay que juzgarlas como corresponde, ubicar su comportamiento como aquellas conductas que deben frenarse y evitarse.

En Veracruz vivimos un momento muy difícil, en una crisis generalizada, con autoridades omisas, con vacío de poder, envueltos en carencias económicas y una apabullante inseguridad. Es todo tan pesado y prolongado que sentimos que no hay salida, que estamos asfixiados. Lo que vemos es una demostración rápida y nociva de todo lo que no se debe hacer: el abandono de responsabilidades, la ausencia de Gobierno, la descomposición acelerada del tejido social, la violencia cotidiana y el peligro para todos. Vivimos un curso rápido y práctico de la demolición de las instituciones, de la violación brutal de las leyes, de la inutilidad de los poderes, de la degradación de investiduras y el mal ejemplo, deshonroso, de los que deberían ser servidores públicos. La debacle de Veracruz exige un trabajo titánico, extraordinario, para salir adelante. Parece que es aquí donde se combinan las dos características señaladas, el mal y la estupidez; no en forma pareja, tal vez con sus comportamientos propios, en altibajos, pero si observables en nuestra vida cotidiana. Es el peor de los mundos, el de los malos y los estúpidos.

Cuando uno piensa en Veracruz, en su situación desastrosa, puede plantearse ser voluntarista y afirmar que no hay problema, que poco a poco saldremos adelante; o hundirse en el pesimismo y declararse perdido, incrédulo ante lo que sea; también puede acudir al realismo, aceptar que no será fácil pero que, Veracruz, si tiene solución, que vamos a recuperarnos y que, no sin sacrificios extras, le encontraremos la solución a nuestros males actuales. No es consuelo de ninguna manera, pero echemos a volar nuestra imaginación y pensemos en las consecuencias de la segunda guerra mundial en países como la entonces URSS y Alemania, con enormes zonas de destrucción, que gracias a su esfuerzo y un poco de apoyo internacional lograron reconstruirse y recuperarse. Si todavía hay que vencer nuestro escepticismo, entonces pensemos en Nagasaki e Hiroshima, las ciudades Japonesas destruidas por las bombas nucleares lanzadas por el gobierno de EEUU; ambas se reconstruyeron y tienen una vida normal actualmente. Es obvio que acudo a ejemplos extremos pero es necesario ante las ideas que circulan por ahí diciendo que no tenemos salida; por supuesto que encontraremos los caminos adecuados, con la participación de los ciudadanos, con voluntad política y el liderazgo indispensable en estas condiciones.

De paso, en tanto nos convocamos y ponemos manos a la obra, hay que tener muy claras las causas del desastre que nos heredan para no volver a caer en lo mismo que criticamos. El gran tema son  la democracia y  del Estado de Derecho; debilitar a la primera trajo consecuencias nocivas para el segundo. Han sido muchos años en que los asuntos públicos se han manejado con criterios de un grupo político, con su agenda y su visión, donde se privilegia el negocio y se sigue la línea de administrar. Ante el caos y la crisis, lo que procede es restaurar a la democracia y recuperar el Estado de Derecho, oxigenando a la sociedad, canalizando las potencialidades ciudadanas, fortaleciendo lo público y garantizando que las autoridades serán eficaces y representativas. La vida pública será distinta y mejor, entraremos a un círculo virtuoso, nuevo, refrescante y de base para un lento pero esperanzador andar. Dada la profundidad de la crisis que nos agobia habrá que trabajar sobre prioridades, dejar para otro tiempo algunos sueños y políticas públicas superiores.


Recadito: Habrá que investigar urgentemente el demencial negocio de las concesiones de taxis en todo Veracruz.

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