Dr. Silvino Vergara Nava
“Mañana, ya es tarde”
En días pasados se aplicó nuevamente la pena capital
en el Estado de Texas a un ciudadano mexicano, -delincuente prototipo:
extranjero, pobre, latino, tez morena, edad promedio entre 20 y 40 años- la
cual no se pudo suspender a pesar de la solicitud de diversos organismos
internacionales y del propio Estado mexicano, que en estos casos, ha insistido
sistemáticamente que se trata de una violación grave a diversos tratados internacionales
de derechos humanos por parte de los Estados Unidos de América, sin embargo,
lejos del debate de la existencia de la pena capital en pleno siglo XXI, como
una violación a los derechos humanos, a saber: la proporcionalidad de la pena, al
principio de humanidad de la pena, a la indebida vigencia del derecho penal del
autor y no el derecho penal del acto, -se castiga por lo que eres, no por lo
que se hace- basta recordar que, en otras naciones esta en debate en su
codificación el considerar si, una pena de prisión de más de 50 años, es
similar a la pena de muerte, y por ende, debería estar prohibida. (Zaffaroni,
Eugenio, en ASENSI, Felipe Dutra, de PAULA, Daniel Giotti, coordinadores, “Tratado
de directo Constitucional” Elsever, Sao Paulo, 2014)
Lo que interesa ahora es preguntarse, ¿Por qué
subsiste la pena de muerte en estados de la unión americana? sobre todo si es
que se considera el estado más avanzado en economía, tecnología, ciencia, y es
gobernado por corrientes de extrema derecha conservadora, -teóricamente, más
humanizadas- una de las múltiples respuestas es que, se aplica la pena de
muerte debido a que el Estado y la función policial, así como los juzgados y
tribunales no tienen la capacidad –y no la tendrán nunca- de que, a todo aquel que
comete un delito, se le aplicará una pena, entonces, el imponer sanciones
excesivas es ejemplificativo, y por ende, disminuirá estos crímenes. (MUÑOZ,
Conde, Francisco, “La
Búsqueda de la verdad en el Proceso Penal“ Hammurabi, Buenos
Aires. 2007)
Sin embargo, no parece ser lo que se busque en este
caso en particular, aplicando la pena de muerte a los mexicanos para disminuir los
delitos de homicidio en el Estado de Texas, pues lo que en realidad se pretende
es, disminuir el gran problema de la migración excesiva de la población de
América latina al norte del continente, entonces, el gobierno del Estado de
Texas, y el propio gobierno de EUA, no encuentran la solución “local” para un
problema “global”, y precisamente pareciera que esa es la respuesta, un problema
global no se soluciona con una respuesta local, en resumen, hoy los grandes
problemas no pueden seguir resolviéndose con medidas locales, menos aun con el
siempre maltrecho derecho penal, pues pareciera que es más una forma de
justificar la intervención de las instituciones gubernamentales en problemas
imposibles de resolver para estas con sus limitadas dimensiones.
Lo cierto es que, la concepción del Estado como lo
conocemos actualmente ha sido superado, pues esta institución de
aproximadamente 300 años, ha quedado obsoleta para toda la problemática global,
ya que en realidad, lo que afecta en Texas, esta también afectando en países
como El Salvador, Honduras, Nicaragua, desde luego México, y todo América
latina, así, lo que afecta en la India repercute en China o Japón.
En estas condiciones, en lugar de resolver el problema
en forma global, se insiste en resolver de manera local, sin que efectivamente
se pueda resolver, únicamente, en el mejor de los casos se contiene o se
difiere, en el peor de los casos, se incrementa, hoy estamos ante la realidad
de que los estados y sus vetustas instituciones han sido rebasadas por los
problemas de la humanidad, la hambruna, la extrema pobreza, -de la cual cabrá
analizar, en otra ocasión, si el que vive en condiciones de extrema pobreza,
tiene un deber de obedecer el derecho vigente (Gargarella, Roberto, “El derecho
de resistencia en situaciones de extrema pobreza” En Courtis, Chtitian,
coordinador, “Desde otra mirada” Eudeba, Buenos Aires, 2009)- las crisis ecológicas,
la excesiva contaminación, todo esto representa la necesidad de pensar en
respuestas globales, en crear nuevas instituciones, sin embargo, pareciera que
los estados, sus conceptos y las compañías comerciales transnacionales se ven
incomodas ante estos nuevos caminos que requiere la humanidad para simplemente;
perdurar la especie.