Steve Connor
The Independent
Una prueba de sangre para
determinar la velocidad del envejecimiento ha funcionado en una población de
aves silvestres, lo cual sustenta la idea de que la técnica pueda predecir con
precisión la extensión natural de la vida de seres humanos.
Esta nueva investigación
representa la primera vez que se ha usado con éxito una prueba de
envejecimiento en animales que viven fuera de un ambiente de laboratorio.
La prueba mide la longitud
promedio de minúsculas estructuras en la punta de los cromosomas, llamadas
telómeros, que según se sabe se acortan cada vez que se divide una célula
durante la vida de un organismo.
Se cree que los telómeros actúan
como relojes internos que dan un cálculo más preciso de la verdadera edad
biológica de una persona, más que la cronológica. Esto ha llevado a algunos
expertos a sugerir que se pueden usar las pruebas de telómeros para calcular
cuánto les queda de vida si mueren de causas naturales.
De hecho, por lo menos una
empresa ofrece ya una prueba de sangre por 400 libras (unos 8 mil 320 pesos) en
el Reino Unido a personas interesadas en saber con qué rapidez envejecen, con
base en la longitud promedio de los telómeros. Estas pruebas se han usado
extensamente en experimentos con animales, y ahora unos científicos las
aplicaron a una población aislada de aves canoras que vive en las islas
Seychelles.
Vimos que la longitud de los
telómeros es un mejor indicador de la expectativa de vida que la edad
cronológica. Al medir su longitud tenemos forma de estimar la edad biológica de
un individuo, cuánto ha usado de su vida, comentó David Richardson, de la
Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.
Los investigadores midieron la
longitud promedio de los telómeros de 320 ejemplares de la curruca de las
Seychelles, en la isla Cousin, que los ornitólogos han estudiado durante 20
años. Nuestros resultados aportan la primera evidencia clara e inequívoca de
una relación entre la longitud de los telómeros y la mortalidad en estado
silvestre, y sustancian la predicción de que la longitud de los telómeros y la
tasa de acortamiento pueden servir de indicador de la edad biológica, más allá
de la cronológica, sostiene el estudio, publicado en la revista Molecular
Ecology.
Estudiar una población de aves
silvestres era importante porque no había depredadores naturales y la migración
era escasa. Queríamos entender qué ocurre a lo largo de toda una vida, así que
la curruca de las Seychelles es un sujeto ideal de investigación, señaló el
doctor Richardson. “Investigamos si a determinada edad la longitud de los
telómeros puede predecir una muerte inminente. Descubrimos que telómeros cortos
cuyo tamaño se reduce con rapidez eran un buen indicador de que el ave moriría
en el curso de un año. También descubrimos que individuos con telómeros más
largos vivían más tiempo en general.
Antes se creía que el
acortamiento de los telómeros ocurría a tasa constante en los individuos, y que
su longitud podía servir de reloj interno para medir la edad cronológica de los
organismos en estado silvestre. Sin embargo, si bien los telómeros sí se
acortan con la edad cronológica, la tasa a la cual esto ocurre difiere entre
individuos de la misma edad. Esto obedece a que los individuos experimentan
diferentes cantidades de estrés biológico, debido a los retos y esfuerzos que
enfrentan en la vida. La longitud de los telómeros se puede utilizar para medir
la cantidad de daño que un individuo ha acumulado a lo largo de su vida, añadió.
con información de © The Independent
Traducción: Jorge Anaya