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Uriel Flores Aguayo
@UrielFA
La alternancia en Veracruz era indispensable para recuperar un rumbo
mínimo de desarrollo, gobernabilidad y justicia; la única posibilidad radicaba
en una alianza de centro democrático materializada por el PRD y el PAN; no fue
nada fácil lograrlo, todavía ahora se siguen brincando múltiples obstáculos de
un régimen que se resiste a morir. Esta alternancia debe vencer el escepticismo
reinante sobre esos fenómenos políticos, demostrando que valió la pena
impulsarla a pesar de las malas experiencias de otras entidades federativas
donde solo hubo cambios de siglas y nombres. Veracruz debe demostrar que su
proceso es autentico, que va a cumplir las expectativas y no defraudar las
esperanzas de sus habitantes que anhelan una vida normal, segura y de progreso.
Es obvio que hay retos y riesgos enormes. Que todo está por hacerse, que no hay
referente local, propio; se deberá aprender pronto y bien, haciendo y
corrigiendo; cuenta la voluntad de cambiar pero no es suficiente.
Hay factores que pueden ser definitorios a la hora de concretar los
cambios, además del compromiso escrupuloso del nuevo Gobierno, como es el papel
que jueguen las oposiciones, especialmente MORENA y el PRI, quienes pueden
contribuir para que Veracruz salga más rápido de la crisis o constituirse en
obstáculos; el PRI debe repensarse como fuerza política, ganándose con
autocritica y humildad un lugar en el nuevo escenario político de Veracruz, sin
pelear impunidad, deslindándose del grupo que nos hundió y pagando a
tiempo el costo que requiera ser la matriz de dicho grupúsculo; MORENA tiene
que comportarse como fuerza propositiva, que tiene capacidad de proponer,
aportar y construir, de otro modo dejara pasar su momento. En ambos casos
estamos ante una gran incógnita, de su rol constructivo o no, dependen
sus posibilidades futuras: apoyan a VERACRUZ y se les premia o la hacen de
obstáculo y se les castiga.
Es tan real y rápido el cambio político en Veracruz, con mucho de
inédito, que a muchos les pasa de noche, se rinden ante la obviedad o, de
plano, los deja inmóviles. Es necesario ajustar las visiones para los
periodistas, los políticos, los actores públicos y la ciudadanía en general, de
tal manera que tengamos una comprensión básica del fenómeno de la alternancia y
la transición que está ocurriendo ante nuestros ojos, para ser protagonistas
consientes y no simples observadores. Mucho de lo que está pasando en
estos días nunca lo habíamos visto y es resultado del esfuerzo ciudadano
organizado por fuerzas políticas y lideres valerosos. Es tan grande la
información a la que tenemos acceso y tan variados los enfoques, con algo de
especulación o fantasía, que puede ocultarse lo sustancial en velos mediáticos
o tendencias interesadas. La velocidad de los acontecimientos dificulta su
comprensión y la cantidad informativa los puede distorsionar. Resultan
indispensables, por tanto, la claridad en los mensajes de la
coalición próxima a Gobernar.
En las alternancias, como en las guerras y las revoluciones guardando
las proporciones, ocurren actos de conversión simulada en las filas derrotadas,
presentándose situaciones de camuflaje de quienes combatieron el cambio y, en
el suelo, pretenden engañar para subirse al camión renovador. Hay que poner
mucho cuidado en ese fenómeno y no permitirlo, no debe haber impunidad para
quienes dañaron a nuestro Estado y mucho menos espacios en el nuevo Gobierno.
Por supuesto hay que tener criterio y ser tolerantes con los servidores de
carrera informal que hayan dado muestras de profesionalismo y honradez. Aunque
cueste más el gobierno de la alternancia debe ser de transición a la
democracia, planteándose un cambio de régimen, en el sentido de modificar
profundamente las reglas del arreglo político y desmontar las estructuras
autoritarias. Con ese propósito fundamental la convocatoria social y política
debe ser amplia, requiriendo definiciones de las fuerzas políticas y de la
sociedad civil organizada. Trascender los simples cambios de siglas y personas
debe ser la finalidad principal del nuevo Gobierno, para honrar sus compromisos
y hacer que valga la pena el voto por la alternancia, dejando un magnifico
referente desde Veracruz para México.
Recadito: De Gobierno ausente pasamos a
Gobierno fallido y ladrón en Veracruz.