Dr.
Silvino Vergara Nava
“Lo
peor es mentir y estamos obligados a
mentir
cada día porque quien dice la verdad
marcha
preso … peor que mentir es enseñar
a mentir y cada día yo les enseño a mentir
a
mis hijos para que ellos sobrevivan.”
Carta anónima a
Eduardo Galeano
En
las ultimas noticias: “El gobierno federal destina casi mil millones de pesos
al año para alimentar a los 21,847 internos de los centros federales de
readaptación (Cefereso) al día $33.26 pesos por cada desayuno, $54.68 por la
comida y 33.30 por la cena…”. Las mismas últimas noticias: “los alimentos son
preparados por una empresa privada, pues las autoridades federales han
considerado que, por la peligrosidad de la mayoría de los reclusos, el servicio
se convierte en un mecanismo de control que serviría a los internos para
dominar a otros” –sic- (La Jornada 26 de abril de 2015) Esta información
demuestra lo importante que es el derecho penal, por ello es que a veces no
podíamos entender sentencias retomadas en estos tiempos provenientes del siglo
XIX: “Explíqueme por favor, si se readaptan los delincuentes, Nosotros ¿De que
vivimos?” (NEUMAN, Elías “Los que Viven del
Delito y los Otros”, Temis, Bogotá, 2005), o bien: “Si los
delincuentes no existieran habría que inventarlos…una fantasmagórica huelga
general de delincuentes, veremos que se derrumbaría todo el sistema: se
volverían inútiles los seguros, los
bancos, los policías, las aduanas, las oficinas de impuestos, etc. Sin duda
sería una verdadera catástrofe.” (ZAFFARONI Eugenio Raúl “La Cuestión Criminal ”,
Planeta, Buenos Aires, 2012) esta última es tomada de una publicación de Carlos
Marx de 1848.
Efectivamente,
el sistema económico de los países y desde luego jurídico, no depende del
derecho civil y sus contratos, o del derecho societario con sus corporaciones y
sociedades mercantiles, menos aun del derecho familiar y las instituciones del
matrimonio, adopción, o patria potestad, etc., desde luego que, resulta
intrascendente el derecho laboral y sus contratos individuales de trabajo y
colectivos, el sindicato y la huelga, menos aun del derecho constitucional y
los actuales derechos humanos empezando por la complejidad de los derechos
sociales, -a la salud, educación, vivienda digna, etc.-, ya ni mencionar el
derecho administrativo, fiscal y aduanero.
Es
evidente que, todo el sistema jurídico y las instituciones del Estado dependen
del derecho penal, y para ello se cuenta con toda una serie de organizaciones
necesarias para ejercerlo iniciando con los legisladores que crean los delitos,
el ejecutivo que promulga y publica, los policías y los ministerios públicos
que persiguen a todo aquel que comete los delitos, los juzgados y desde luego,
los tribunales para la apelación respectiva, pues a nadie se le niega un vaso
de agua o un auto de formal prisión. Además, se requiere de las instituciones
afianzadoras y aseguradoras, las penitenciarias, los carceleros,
administrativos, afanadores, cocineros, custodios, psicólogos, los defensores
de oficio y los abogados postulantes, pero de estos últimos existe la
experiencia que en estados como sucedió en Colombia que, cuando se implementó
el sistema procesal de los juicios orales fueron desapareciendo paulatinamente,
monopolizando el Estado todo el proceso, hasta la propia defensa de los
acusados, lo cual muy posiblemente sucederá en México en unos años no muy
lejanos. En resumen, es evidente que el derecho que no podrá desaparecer, a
pesar de los seguidores de su abolicionismo, es el derecho penal, se seguirá hablando
que el derecho penal es el contenedor del poder punitivo (ZAFFARONI, Eugenio
Raúl, “En busca de las Penas Perdidas” Ediar. Buenos Aires. 2005), que se
requiere de un derecho penal minimalista o bien, de un derecho penal
garantista, (FERRAJOLI, Luigi, “Derechos y garantías” Editorial Trotta, Madrid,
2004) lo cual son simples bálsamos que permiten soportarlo, pero nunca
desaparecerlo, desde la partida de la sociología se dicta: “Los poderes
terrenales, que se alimentan de las inseguridades inherentes a la existencia
humana, dedican sus esfuerzos a la creación de amenazas contra las cuales
prometerán más tarde protección; y cuanto mayor es el éxito de su trabajo
creativo, más grande e intensa es la demanda de protección.” (BAUMAN, Zygmunt,
“Vidas desesperadas” Paidos, México, 2015) Por estas razones es que, hoy no se
puede presumir que debido a los juicios orales se evitara el hacinamiento en
los centros carcelarios en México, sin embargo, posiblemente lo que se logre es
lo que ha sucedido con nuestro vecino del norte, donde existe un gran
porcentaje de la población en libertad, pero sentenciado por delitos menores, (al
respecto: GARLAND, David. “La Cultura Del
Control” Editorial Gedisa, Madrid, 2005) encubiertamente como una forma de
control sobre estos incómodos ciudadanos, que en un pestañeo se puedan volver
enemigos políticos, el tiempo dará la respuesta, en tanto: ¿Por qué subiste el
viejo Derecho Penal?