Uriel
Flores Aguayo
@UrielFA
La fuerza y correlación partidista local se
expresa en sus resultados electorales, en general, y el número de ediles que
tengan en él Cabildo. Por lo que resta de este año seguirán las posiciones
establecidas en las últimas elecciones, produciéndose un cambio brusco y
radical en el 2018. Actualmente gobierna el municipio el PRI y sus aliados, con
presencia regular del PAN y Movimiento Ciudadano, siendo ese dato lo más
significativo porque las demás fuerzas son marginales. Las dos
diputaciones locales están ocupadas por representantes de MORENA,
mientras que ambas diputaciones federales se reparten entre el PRI y MORENA.
Esa es la realidad actual.
Para el próximo año estarán en juego las cuatro diputaciones
locales y federales en las elecciones presidenciales y de Gobernador, en
tanto que el Cabildo sufrirá un reacomodo drástico: MORENA tendrá ocho
posiciones, el PAN tres y una cada quien entre el MC, PANAL, PRD y el PRI.
MORENA consolida a Xalapa como un bastión, detentando las principales
posiciones de representación y Gobierno; el PRI cae en un abismo, de gobernar
actualmente a contar con un solo regidor; el PAN se mantiene estable, así como
el PANAL; baja el MC de tres a un regidor mientras que el PRD
prácticamente con las uñas araña su regiduria, conservando el negocio familiar
de "panzazo".
En el panorama partidista xalapeño es claro
que habría una hegemonía de MORENA con la sólida oposición Panista y la
presencia marginal del resto de los partidos. Por su seriedad algo se puede
esperar de MC, no así del PRD que, para efectos reales, no existe. Es una gran
limitación que no haya otra izquierda de peso, alternativa a MORENA que, seguramente,
hasta por inercia va a ocupar los espacios políticos. En ese escenario se
necesitan espacios de pluralidad y crítica, como intento de contrapeso a las
ideas dominantes cuya originalidad y trascendencia está en duda. No se
debe omitir que MORENA no ha hecho posicionamientos claros sobre nuestra
realidad y próximas tareas de Gobierno, ni tampoco mérito mayor a
estar en el momento determinado de una coyuntura de crisis de los partidos
más antiguos y el ascenso de la inconformidad social.
El voto de la inconformidad es fuerte en si
mismo, busca canales de expresión y se refleja en el liderazgo fuerte y
caudillista de AMLO; ese voto es abstracto y volátil, pasajero; ese voto no
pide mucho, es de la esperanza por un cambio sin rostro claro, es más anti que
pro, es de fe; hay antecedentes cercanos de ese fenómeno con
Cárdenas y el mismo Obrador. En esa línea todo se facilita, bastan algunas
consignas y el arrojo de un hombre providencial, como no se construye
organización, sustituida por activismo, ni se levantan programas formales y
viables, esa fuerza tiene pies de papel. Hay beneficiarios de esas tendencias e
impulsos que creen que todo se debe a ellos y a su
"carisma". Confunden el momento social con efectos ficticios y figuras
de cartón.
Por la coyuntura electoral del 2018
paradójicamente se prevé un panorama complicado para MORENA en Xalapa, quien
solo contará con tres o cuatro meses para mostrar algo diferente y novedoso en
el Gobierno local. Es poco tiempo para ofrecer resultados significativos.
Cuando todavía no terminen de instalarse y marcar alguna diferencia que no sea
de color tendrán lugar las macro elecciones del primer domingo de junio.
Si gana AMLO el futuro inmediato para el gobierno municipal de MORENA será
luminoso, con unidad y tiempo suficiente para construir y ser referente
democrático; en cambio, si pierde, vendrá la desbandada y la desorientación
total sobre el rumbo a seguir. Es el costo de depender casi exclusivamente de
una figura.
La situación del PRD local es patética, con
su sexto lugar en las recientes elecciones y la simulación grotesca
que representa que una familia ocupe sin pudor la única regiduría
obtenida. No cuenta como partido, es un mero membrete que, si no se hace
algo urgente y quirúrgico, será únicamente motivo de burla y pena ajena.
Podría hacerse algo si se convoca con apertura y se aleja de la simulación de
los vivales que se apoderaron de las siglas, impresentables en sociedad. Ante
el avasallamiento coyuntural de MORENA, con el riesgo de su dispersión
después de la elección presidencial, mucho ayudaría contar con una izquierda
democrática que represente algo.
Recadito: Sin clientelismo, con austeridad,
apertura y gente preparada se puede y debe hacer un gobierno distinto.