Uriel Flores Aguayo
@UrielFA
El pasado cinco de
junio abrió una etapa nueva para la vida pública de Veracruz, con la alternancia en el Gobierno y la
pluralidad en el Congreso; es un cambio profundo tan solo si nos atenemos a los
86 u 87 años que habíamos estado regidos por un mismo partido. Hay mucho de simbolismo y de sustancia en ese
resultado electoral, pero lo único claro es la incertidumbre que nos plantea;
es una etapa de retos, oportunidades y esperanza. Estará a prueba la capacidad
de gobierno en la alianza mayoritaria así como el comportamiento de las
oposiciones, PRI y Morena; para efectos prácticos son cuatro fuerzas políticas
las que van a definir la agenda del plazo inmediato de los dos años de alternancia,
quedando muy rezagadas, casi en la extinción, otros partidos con registro
nacional. Más nos vale entender los mensajes de la
ciudadanía expresados en sus votos.
El gobierno rescatista
no tiene tiempo que perder, es poco el plazo con que cuenta y son muchos los
rezagos que enfrenta; con un plan estratégico deberá poner en claro sus
prioridades, el modelo de conducción política, el equipo a cargo y presentar
resultados inmediatos; si tiene que apuntar asuntos de justicia, adelante; si
la seguridad es la gran tarea, no hay que regatearle apoyo. Tiene la ventaja de
los malos gobiernos que le anteceden, descalificados y con rasgos de desastre;
lo poco que haga bien será casi suficiente pero no deberá confiarse y realmente
trazar una indeleble linea que distinga un ejercicio serio, formal y digno del
servicio público. No será una etapa color de rosa, habrá obstáculos naturales y
artificiales, seguramente vendrán las provocaciones, dejaran minas y desorden administrativo;
en una actitud vulgar se montaran provocaciones y buscaran poner a prueba al
gobernador; la respuesta debe ser de dialogo y aplicación firme de la ley; ya
veremos quienes son los primeros despistados que obedezcan consignas de ruptura
y provocación, con ellos se debe proceder sin concesiones; normalmente son grupos
de interés, que han vivido en la impunidad,
los que se prestan a la maniobras
de choque.
El panorama
partidista se ha reducido a cuatro fuerzas políticas para efectos de
gobernabilidad, quedando el resto en un nivel muy marginal. Lo deseable es que las
oposiciones adopten posturas maduras, responsables y prepositivas;
no se les pide claudicación, al contrario, tendrán respeto absoluto, dialogo y
colaboración; deben reflexionar sobre el rol que les toca en la alternancia,
deben ser muy cuidadosas de sus decisiones para mantener las simpatías
ciudadanas y seguir jugando un papel de relevancia en al vida publica de
Veracruz. Creo que el PRI, una vez pasado el impacto de sus resultados y sin la
tutela del actual gobernador, puede jugar un papel sano; tienen experiencia,
cuentan con liderazgos y están ante la una gran oportunidad de renovarse,
redefinir su papel y prepararse para el futuro inmediato. Espero equivocarme
pero creo que a Morena le va a costar mas definir un papel reformista en esta
etapa, los sigo viendo en un plano activista, de propaganda y denuncia; no hay
de otra, ganan posiciones pero tienen que hacerse cargo de las responsabilidades inherentes a sus votos;
deben ser un verdadero partido político y no solo un movimiento. En el PRI hay
posibilidades de afianzar la gobernabilidad, en Morena radica la esperanza de
que contribuya a la transición democrática. Con respeto y claridad hay que
plantearlo de lado y lado, sin exclusiones o posturas irreductibles; ojalá no
se confirmen mis temores de que Morena prefiera el discurso fácil, de
lucimiento y, con ello, derroche el capital político obtenido; deben valorar
que ni al gobierno ni a las oposiciones el electorado les da un cheque en
blanco.
Nadie puede decir que
sabe como actuar en un periodo de alternancia o de transición, todos vivimos lo
inédito; tendremos que aprender y hacerlo rápido, con buen animo, pensando en
la sociedad de Veracruz; si fracasa el gobierno nuevo, no todo lo negativo se
le puede atribuir, también tendrán responsabilidades los que no cooperen, los
que bloqueen o, de plano, se desentiendan de un asunto de interés general. Es
necesario disminuir la incertidumbre, para eso deben fijarse posiciones muy
claras, impulsar una política transparente, ganar consensos, ser muy incluyentes
y prepositivos; lo inédito debe resultar en una esperanza satisfecha, en
grandes resultados, en detener la caída y degradación. Si rompemos las cadenas
de impunidad tendremos seguridad, viviremos tranquilos, abordaremos con mejor ánimo
los retos y los superaremos con mayor rapidez.
No es fácil, hay que
partir de eso, irse acostumbrando a lo desconocido, puede haber errores que
deben disminuirse pronto, puede haber sabotajes de aquellos que quieran que nos
vaya mal para saciar sus venganzas; por eso, el acuerdo democrático es un indispensable
punto de partida a cuya convocatoria
deberían acudir todos los partidos políticos,
sin mayores condiciones, asegurándose
que sea un pacto democrático, de avanzada y que permita que haya reglas
equitativas y justas para todos. La sociedad observa, participa y juzga. De la
labor de cada quien habrá consecuencias.
Recadito: El
trastupijes, después de acabar al PRD local y despotricar contra la alianza,
ahora se adhiere hipócrita y corruptamente a la alternancia.