viernes, 22 de septiembre de 2017

19 DE SEPTIEMBRE #sismo #terremoto



@BarbaraCabrera

1985-2017. 32 años de distancia, 6 horas y 54 minutos después de aquel fatídico terremoto que cimbró el Distrito Federal, hoy Ciudad de México. Derrumbó edificios y sepultó casas. Personas quedaron atrapadas. Unos rescatados y miles murieron. Entonces la sociedad civil organizada rebasó a las autoridades. Todos buscando sobrevivientes entre los escombros.
Como cada año, se tenía agendado un macro simulacro. Se llevó a cabo y dos horas después lo impensable ¡otro terremoto cimbró a México! Y retiemble en su centro la tierra, con epicentro en Puebla, con repercusiones en Morelos, Veracruz, en Chiapas y Oaxaca no ha dejado de temblar. Y en la CDMX se registró ayer un sismo de 7.1, así lo confirmó el Sismológico Nacional.
Minutos antes de los hechos, SkyAlert lanzaba una alerta tras otra, notificando de un terremoto de intensidad fuerte. Todos pensamos que era parte del simulacro. Desafortunadamente no fue así.
México retiembla, se cimbra y esta vez fue por causas naturales y no por la ineptitud y voracidad de la rapaz clase política.
A 32 años de distancia, la sociedad civil sale de nueva cuenta a las calles para hacer frente al terremoto, para con sus manos retirar escombros y rescatar a quien se pueda, de nuevo se rebasa a las autoridades. Veo imágenes y no veo al gabinete, funcionarios y políticos quitando escombros.
En redes y los medios se asoman los políticos de siempre con palabrería barata. Unos para decir que ya desplegaron sus tentáculos para ayudar. Con discursos creen que ya la hicieron. Sin duda vulgares y oportunistas gobernantes nos rodean.
¡Fuerza México! Tiempo de solidaridad y colaboración. Ayudemos a quien lo necesite en estos momentos. Se derrumban edificios, pero la sociedad está de pie. Vienen días y meses complejos. Saldremos adelante.
Que este motivo de unión y solidaridad no se pierda y se conserve hasta el 1° de julio de 2018, día de la jornada electoral donde una vez más tendremos la oportunidad de votar, para botarlos.
Por hoy es todo.
¡Hasta la próxima Nornilandia!