Samuel
Hernández Apodaca
@iusfilosofo
Mientras nos ocupamos de los
apoyos para el pueblo de Oaxaca, hay quienes han aprovechado las desgracias de
las víctimas del sismo y del huracán Irma para salir con su playerita bien
puesta a repartir despensas y lucrar políticamente con este desfortunio. Desde
Anahí hasta Peña, pasando por los funcionarios de Veracruz y el propio Murat
junior.
La ayuda nunca sobrará ante
escenarios tan devastadores y ante la incapacidad gubernamental para atender
-sin lucimiento- a quienes han sido afectados.
La sociedad civil con su fuerza organizativa y solidaria ha demostrado que a
pesar de las condiciones adversas que muchos pueden tener, siempre habrá un
espacio para la solidaridad con los demás.
Y mientras la naturaleza
impone su voluntad, los políticos imponen la suya. En San Lázaro los partidos
se pusieron de acuerdo para darle la silla de la mesa directiva a Don Dietas,
el priísta Jorge Carlos Ramírez Marín, a cambio de la promesa de los tricolores
de evitar el pase automático de procurador a fiscal de Raúl Cervantes Andrade,
también conocido como Lord Ferrari.
Un ejemplo más de como los
políticos imponen su voluntad es Eruviel Ávila, quien de cara al informe que
esta obligado a rendir, difunde en spots su “quinto informe de resultados”.
Resultados que la posición en el congreso local enumera: se incrementó la deuda
pública en más de 2 mil millones de pesos durante 2015 y 2016.
En el territorio del priista
que no se descarta para la presidencia –a pesar de que Emilio Gambo no lo haya enumerado-
el 80% de los trabajos creados, no rebasan los 4 mil 800 pesos mensuales como
pago, según datos del Coneval. Este organismo también señala que “en el Estado
de México hay más de 2 millones 550 mil educandos con rezago educativo, 3
millones 280 mil con carencias en acceso a la salud, 3 millones 108 mil con
carencia por acceso a seguridad social.”
Pero los datos de
desigualdad social no solo se concentran en el territorio de donde es
originario el ocupante de Los Pinos.
De acuerdo con la organización internacional Oxfam, durante la administración
de Enrique Peña Nieto sólo 68 mil 249 personas fueron las que salieron de la
pobreza, al pasar de 53 millones 349 mil 902 en 2012, a 53 millones 418 mil 151
en 2016. A este ritmo de acuerdo con Oxfam, nos tomaría 120 años reducir la
diferencia monetaria entre los más pobres y los más ricos. No olvidemos que el
Covenal dio a conocer que actualmente el 10% más rico de la población gana 23
veces más, que el 10% más pobre.
Pero ese dato parece alegrar
a más de un político, pues es en la desigualdad social donde existe un caldo de
cultivo para la manipulación, el control y la presión de cara a la elección del
próximo año. En México administrar la pobreza es un buen negocio, las mochiles,
las despensas, las tarjetas de apoyo siempre serán útiles para condicionar la
voluntad ciudadana a su favor. Por ello y por el bien de todos, es necesario
cambiar estas condiciones de desigualdad ¿Podremos hacerlo? Reflexionemos.
Por hoy es todo, nos leemos
la próxima. Carpe diem.