Samuel
Hernández Apodaca
@iusfilosofo
¿Cuánto puede resistir
nuestra capacidad de asombro? ¿Hasta dónde podemos permitir que sucedan hechos
de corrupción un día tras otro sin hacer nada? ¿Seguiremos permitiendo que los
políticos de siempre sigan manteniéndose en el poder político sea de forma
directa o por interpósita persona? ¿Callar seguirá siendo la forma de actuar de
los mexicanos de cara a la elección de 2018?
Septiembre –mes patrio en
México- llega con una carga de noticias que pareciera se habían contenido por
mucho tiempo. Muchas de las cuales, aunque se han divulgado con el interés de posesionar a El señor de los
Pinos, simplemente no resisten la prueba de realidad, pues coincidentemente el Consejo
Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dan a conocer, previo a
la presentación del quinto Informe de Peña, que la pobreza pasó de 46.2 % a
43.6 % de 2014 a 2016. Aunque las calles de este país muestren otra realidad.
Pero eso pasa sin tanto
escándalo, porque los socavones en la ciudad de México; la presunta ruptura en
entre Monreal y Morena; la huelga entre comidas del corrupto Javier Duarte; la
pelea interna en el PAN por la candidatura a la presidencia de la república; la
irrenunciablidad del nefasto Secretario de Comunicaciones y Transportes Gerardo
Ruiz Esparza – de 68 años- cubren la información y pasa a ser segunda plana.
Por si esto fuera poco, tras el empecinamiento de
PRI de darle pase automático a Raúl Cervantes -de Procurador General a fiscal
de la nación- en el Senado de la República; la oposición en la Cámara de
Diputados ha hecho una jugada maestra, retrasar el nombramiento del priísta
oriundo de Yucatán Jorge Carlos Ramírez Marín - quien se puso a dieta para
“salir con unos kilitos de menos” en las fotos- y llevar así a un escenario
complicado a la Cámara de Diputados que hoy deberá de resolver si se nombra o
no a una mesa directiva.
Y cuando creímos que esa
sería la noticia de la semana, el portal Animal
Político con el apoyo de Mexicanos Contra la Corrupción e Impunidad (MCCI)
anuncian el resultado de una investigación que ubican a Javier Duarte como un
“principiante”. La investigación arroja que a través de 11 dependencias
federales se detectaron contratos ilegales por 7 mil 670 millones de pesos de
los cuales de los cuales “3 mil 433 millones de pesos se entregaron a empresas
fantasma y cuyos socios viven en barriadas.” Lo más grave es que “mil millones
de pesos más fueron la comisión para las universidades y el resto sirvió para,
supuestamente, contratar servicios.”
¿Cómo podemos creer en las
instituciones cuando 11 sirvieron para saquear las arcas públicas de la nación?
Entre ellas Pemex, Sedesol, FOVISSSTE, SCT, BANOBRAS, SEP, SAGARPA, SENASICA,
Registro Agrario Nacional, Secretaria de Economía e INEA. ¿Porque confiar en
las universidades que en cohecho recibieron mochada para permitir usar su
nombre sin importar manchar su nombre? y para no olvidar las universidades
involucradas son: Universidad Autónoma del Estado de México, Fondo de Fomento y
Desarrollo de la Investigación Científica y Tecnológica FONDICT-UAEM, Universidad
Autónoma del Carmen, Universidad Autónoma del Estado de Morelos, Universidad
Popular de la Chontalpa, Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, Universidad
Politécnica del Golfo de México, Instituto Técnico Superior de Comalcalco, y la
Universidad Tecnológica de Tabasco.
¿Hasta donde vamos a
permitir que estos actos de corrupción se normalicen? ¿Permitiremos que este
sexenio acabe con nuestra capacidad de asombro sin hacer nada? ¿Cómo cambiar lo
macro cuando no hemos empezado por los cambios pequeños que podemos hacer desde
nuestro ámbito personal? ¿Nos hemos agotado? Sin duda tenemos grandes tareas
que requieren nuestra responsabilidad cívica de alzar la voz, de organizarnos,
de actuar.
Por hoy es todo, nos leemos
la próxima. Carpe diem.