Dr. Silvino Vergara Nava
“El
homo sapiens ya no debe
Intentar
dominar la Tierra,
Sino
preservarla y ordenarla”
Edgar
Morin
En la experiencia que nos dejo el
nazismo y que por haber sido algo tan aberrante y monstruoso nos hemos
encargado de olvidarlo, pasar de largo, en tanto, están diversos hechos históricos
desestimados, como es el caso que el origen de ese sistema político – jurídico
– económico fue la indiferencia humana del bien y el mal a lo que Hannah Arendt
le denominó: “la banalidad del mal”, (ARENDT, Ana, “La condición humana,
Paidos, Madrid, 2014) Dentro de ese sistema jurídico –si pudiéramos definir que
con esas atrocidades era un estado de derecho- encontramos que: la primera
legislación moderna de protección a los animales fue sancionada por el régimen
nazista: la Tierschutzgesetz (ley de protección de animales) del 24 de
noviembre de 1933, la Reichsjagdgesetz (ley de caza del Reich) del 1º de julio
de 1934 y la Reichnaturschutzgesetz (ley de protección de la naturaleza del
Reich) del 26 de junio de1935, de lo que se desprende una tendencia
contundente: “el que ama más a los animales, ama menos a los hombres”, pues si
por un lado, se implementan estas leyes protectoras de los animales, del otro
lado del péndulo se encuentran sucesos como los narrados en los procesos de los
tribunales de Nuremberg –en los que se enjuicio a los miembros del ejercito
nazi -: “Le estaríamos muy agradecidos, caballeros si pusieran a nuestra
disposición cierta cantidad de mujeres con vistas a unos experimentos que
deseamos hacer con un nuevo narcótico… El precio de 200 marcos por mujer nos
parece exagerado. No podemos dar más de ciento setenta marcos por cabeza” -Intercambio
de correspondencia entre Bayer y la Comandancia de Auschwitz- (Archivos proceso
de Nurember No. 7148) (RUIZ, Adriana. “La
violencia del derecho y la nuda vida” Editorial Universidad de Antioquia,
Colombia, 2013)
Desde luego que, no debe perderse de
vista la sentencia del profesor E. R. Zaffaroni: “Que al mismo tiempo que era
vegetariano (Adolf Hitler) fuese un terrible genocida, es obvio que no prueba
que todos los vegetarianos sean genocidas en potencia. Que su amor a los animales
no le haya impedido el odio a los humanos, no prueba que todos los que aman a
los animales odien a los humanos. Que el reduccionismo biologicisita lleva al
racismo no permite afirmar que todos los ecologistas sean reduccionistas
biologicistas ni menos racistas.” (ZAFFARONI, E.R. “La Pachamama y el humano”
Ediciones Madres de la Plaza de Mayo, Buenos Aires, 2012) Sin embargo, se trata
de una tendencia, y esa directriz hoy la vivimos por políticas que también podríamos
denominar banales como es el caso de la absurda prohibición de contar con animales
en los circos, que así como esas políticas implementan esa restricción, también
están implementando a la par la condena por más de cien años a los
secuestradores, como si efectivamente exista alguien que pueda purgar esa
condena, la cual es evidente que se trata de una sanción simbólica de las
prohibidas por el articulo 22 de la Constitución de los Estados Unidos
Mexicanos, es decir: se trata de una pena inhumana, y que sobre todo no des-estimula
la comisión de ese delito, sino que simplemente refuerza un sistema canalizador
de venganza.
La prohibición de los animales en los
circos es, el ejemplo vivo que lejos de preocuparse los políticos por el
problema que efectivamente existe en esta actual sociedad denominada del
riesgo, nos hemos encargado de apagar pequeños fuegos, como es éste
“complicado” caso de prohibir la exhibición de los animales en los circos,
frente a verdaderos incendios que basta con asomar por la ventana y observar: las
mareas negras, los Transgénicos, el registro de patentes de animales por
empresas transnacionales, el uso y explotación desmedida de los recursos
naturales, la degradación de los suelos de las capas freáticas, deforestaciones
masivas, catástrofes nucleares, destrucción de la biodiversidad, etc. Es
evidente que nos estamos desviando del camino correcto, si México es una sociedad
laica como lo dice la propia Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, habría
que considerar lo que eso significa como lo sintetiza Fernando Savater: “Las
leyes no deben pretender zanjar las divergencias morales de los ciudadanos sino
crear un ámbito en el que puedan convivir todas sin humillación de nadie”
(SAVATER, Fernando, “No te prives” Ariel, Madrid, 2014) en tanto, estamos hoy
ante la presencia de leyes absurdas que representan para el país un costo
económico en tiempos invertidos por diputados, senadores, autoridades
administrativas, tribunales y jueces, que pudieran utilizar esos tiempos para
efectivamente salvar a la tierra, sin embargo, bien resume Edgar Morín: “La
toma de conciencia ecológica no se ha inscrito en un gran pensamiento político…”
(Morín, Edgar, “La vía para el futuro de la humanidad” Paidos, Barcelona 2011)
A la par, se esta terminando con un espectáculo de origen pre-moderno, de la propia
antigüedad, pues recordemos los circos romanos que datan de épocas anteriores a
Cristo, tal parecer que el trasfondo es acabar con las instituciones y
costumbres antiguas, que resultan incomodas hoy para el consumismo voraz de la
pos modernidad y de las corporaciones económicas globales.